RECORRIDO
CIRCULAR
DIFICULTAD
BAJA
DISTANCIA
9,8 km
DESNIVEL
217 m
Localidad: Adamuz
Dificultad: baja
Desnivel: 217 m
Duración: 2,5 horas
Distancia: 9,8 Km
Partida coordenadas:
Llegada coordenada:
Río:
Flora:
Descripción corta: La ruta del agua es un tesoro medioambiental con el agua como ingrediente dominante, elemento que, a modo de eslabón, une las distintas vías que conforman esta ruta.
La ruta nos conduce por un itinerario semicircular que nos hace cruzar y caminar en paralelo por varios arroyos y torrentes de agua, destacando el arroyo del Concejo y el arroyo del Parrosillo. Estos cauces fluviales han dado vida a numerosas obras hidráulicas como fuentes, presas, acequias, abrevaderos y pozos, que utilizaron los vecinos de Adamuz hasta hace pocos años, y que hoy forman parte del patrimonio histórico del pueblo.
Esta ruta comienza en el Mirador de la Fuensanta, junto al Pilar del Obispo. Siguiendo las indicaciones, llegaremos a la carretera A-3001 que une Adamuz con Obejo. Tras cruzarla con precaución, seguiremos de frente hasta un cruce de caminos, donde tomaremos dirección hacia el Molino del Gollizno. Este sendero, perteneciente a la ruta del agua, discurre en gran parte de este trayecto paralelo al arroyo Concejo.
Esta estrecha senda va acercándose al arroyo Concejo, donde se encuentra el molino entre una gran variedad vegetal. Al comenzar pasaremos bajo la sombra de un gran acebuche (Olea europaea var. sylvestris), caminando rodeados de diferentes especies botánicas características de Sierra Morena como el hediondo (Anagyris foetida), el jazmín silvestre (Jasminum fruticans) y los candilitos (Aristoloquia paucinervis), acomodadas bajo las encinas (Quercus ilex) y entre el monte alto, representado por el lentisco (Pistacia lentiscus) y la coscoja (Quercus coccifera).
En la margen derecha se observa un paisaje cultivado de olivar regado por las aguas intermitentes del arroyo Concejo, que nos guía en paralelo hacia el Este y en el que se distinguen densos cañaverales, adelfas y tamujos típicos de la vegetación de ribera.
Avanzamos unos metros y llegamos al entorno del Molino Harinero del Gollizno, zona que en tiempos pasados fue muy concurrida por los adamuceños, ya que abastecía de agua potable al municipio y era lugar de encuentro de mujeres que acudían a su cauce para lavar la ropa. En este punto el arroyo el concejo cuenta con una presa artificial que servía para mover la estructura hidráulica del molino.
Pasaremos sobre la represa del molino con precaución y proseguiremos el trayecto por una vía de tierra en la que podemos observar en el margen derecho olivos con algunos pies de encina dispersos. En la parte izquierda de la misma nos encontramos con una zona de cultivo dedicada a las huertas, en la que aún hoy día se realizan las labores mediante mecanización manual.
A continuación, y siguiendo la pista, llegamos a un cruce de caminos, donde podremos tomar un ramal (ida y vuelta) que sale hacia la izquierda, en caso de que queramos ver el Salto de Agua de Las Calderetas, que sirve para alimentar un canal o acequia de piedra de molinaza que se usaba para el riego de una huerta colindante. Durante el trayecto hacia la presa, y debido a la cercanía al cauce del arroyo, podremos observar flora ligada a zonas riparias, como por ejemplo la adelfa (Nerium oleander), el junco churrero (Scirpus holoschoenus), carrizos (Phragmites australis) o zarzas (Rubus ulmifolius), que sirven de cobijo a aves como los zarceros (Hippolais polyglotta) o el ruiseñor bastardo (Cettia cetti). También existen espesos cañaverales, donde habitan numerosas aves insectívoras como carriceros (Acrocephalus luscinia), currucas (Sylvia atricapilla), etcétera. En este paraje se pueden observar algunas especies amenazadas como el ratonero (Buteo buteo) y el gavilán (Accipiter nisus).
Volvemos sobre nuestros pasos tras visitar el Salto de agua de Las Calderetas hasta llegar de nuevo al cruce de caminos, donde seguiremos el sendero en ascenso hacia la derecha desviándonos del cauce del arroyo, dejándolo a nuestra izquierda, para contemplar un cambio en la vegetación que nos rodea. La vegetación de ribera que nos acompañaba hasta el momento se ve sustituidapor los pies arbóreos dominantes, ejemplares de encina (Quercus ilex subsp. ballota). Estos pies forman pequeños bosquetes diáfanos de monte mediterráneo entremezclados con retazos del matorral noble característico del encinar, formados por lentisco (Pistacia len tiscus), acebuche (Olea europea var. sylvestris) y coscoja (Quercus coccifera), También en esta zona encontramos matorral típico de la etapa de sustitución del encinar conocida como matorral serial, como sería el jaral, en esta ocasión representado por el jaguarzo (Cistus monspeliensis) y la jara de hoja de salvia (Cistus salviifolius).
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